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jueves, 22 de marzo de 2012

BEOS


La mayor parte de los sistemas operativos que utilizamos en la actualidad son antiguos. Y con antiguos quiero decir muy antiguos.Mac OS X por ejemplo, data tan solo de 2001, pero haríamos bien en recordar que no es sino una versión más avanzada deNeXTStep/OpenStep, que data de 1989, pero que a su vez había sido construido como un «monstruo de Frankenstein» a partir de otros dos sistemas operativos más antiguos: BSD (1977) y Mach (1985). La historia de Windows no es muy distinta, con sus antecesores directos siendo MS-DOS (1981, a su vez un refrito de QDOS, de 1980) y VMS (1975). Linux es probablemente el más «joven» de los sistemas operativos, cuyo kernel comenzó a desarrollarse en 1991, pero su diseño, basado en UNIX es de 1969, y muchas de las utilidades que lo acompañan son del proyecto GNU, que empezó en 1983. ¿Ven lo que quiero decir?
Incluso los más recientes sistemas operativos, para dispositivos que no existían ni en la más descabellada de las imaginaciones de los ingenieros hace apenas quince años, parten de diseños de décadas de antigüedad: iPhone OS es una versión modificada de Mac OS X, mientras que Android lo es de Linux. ¿Podemos entonces concluir que no hay nada nuevo bajo el sol, al menos en lo que a sistemas operativos se refiere? Hoy sí, pero no hace mucho, hubo un proyecto que trató de desarrollar un nuevo sistema operativo de cero, aprovechando la ocasión para crear un ordenador adecuado a los nuevos usos: gran capacidad multimedia, preparado para tratar con grandes cantidades de archivos con metadatos y sin las limitaciones que los sistemas de la época tenían por razones históricas o de compatibilidad hacia atrás. Estoy hablando de BeOSel sistema que estuvo a punto de ser Mac OS X.
La historia empieza en Apple en 1985. Después de que John Sculley consiguiera echar aSteve Jobs de Apple, un ejecutivo de la filial francesa de la compañía, Jean-Louis Gassée, ocupó su lugar. De personalidad arrolladora e ideas incontestables, Gassée era en muchos aspectos un digno sucesor de Jobs. Defendió con la misma firmeza la decisión de no licenciar el Mac OS a otros fabricantes, y mantuvo la marca Apple en el segmento premium contra los intentos de Sculley de penetrar en el mercado económico. Los paralelismos con Jobs no acababan ahí: la relación con Sculley era igual de tormentosa, y finalmente, en 1990, se vio en la misma situación que su predecesor. Al igual que Jobs, a su salida de Apple Gassée creó una nueva compañía, con la intención de hacer bien todo lo que a su juicio Apple estaba haciendo mal. Esa compañía se llamó Be, Inc., y el sistema operativo que desarrollaron se llamó BeOS.

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